lunes, 11 de marzo de 2013

In memoriam


Hoy, 11 de marzo, se cumplen nueve años del mayor atentado terrorista de la democracia española. Un atentado que cambió nuestra forma de vivir, y más aún a aquellas personas que sobrevivieron a aquel infierno.
Así se sucedieron los hechos. Era el último día de campaña. El país estaba expectante ante la posible victoria del PP tras la era de Aznar y el cambio que podía representar José Luis Rodríguez Zapatero. Poco después de las 7 de la mañana, entre las 7:36 y las 7:40, varias bombas colocadas en cuatro trenes de la red de  cercanías en las estaciones de Atocha, El Pozo y Santa Eugenia, hacían explosión de manera sincronizada. La ciudad se veía sacudida, en ese momento, por un atentado cuyo objetivo eran ciudadanos que se dirigían, como cada mañana, a sus lugares de estudio o de trabajo.
Fallecieron en total 190 personas. Murieron 34 personas en la estación de Atocha, 63 en la calle Téllez, 65 en la estación de El Pozo, en Vallecas, y 14 personas en la estación de Santa Eugenia. Otras 15 personas perdieron la vida en distintos hospitales de Madrid y 1857personas heridas de diversa consideración.
La ciudad entera se sumió primero en el caos, y minutos después, cuando se fueron conociendo los detalles y las primeras imágenes, en el dolor y la desesperación. ¿Era verdad lo que estaba sucediendo? Las imágenes difundidas por las agencias y las televisiones trasladaron el horror a millones de personas en apenas una hora. Inmediatamente se movilizaron todas las fuerzas de seguridad del Estado. El personal sanitario de todos los hospitales madrileños redobló voluntariamente su turno y aquellos que estaban de libranza acudieron a sus puestos de trabajo. La ciudadanía se volcó en la atención de las víctimas.
Durante dos horas, y a dos días de las elecciones, no hubo ideologías. Las principales ciudades españolas acogieron espectaculares manifestaciones, y de todos los rincones del mundo llegaron mensajes de condolencia. Poco después vendría la localización del piso franco de Leganés, donde un agente de los GEO perdió la vida. Un largo proceso judicial terminó con 21 personas condenadas por los atentados con penas de entre tres y más de 40.000 años de cárcel.
Nueve años después, aún hay muchas preguntas sin respuesta. Nueve años después, tenemos 191 razones por las que seguir luchando contra el terrorismo. Por ellos y por todos los que sobrevivieron y siguen luchando; hagamos que sus nombres nunca se borren de la historia.
Sandra Manso Núñez

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