Escucho el parte meteorológico y seguimos igual; metidos en un anticiclón y faltos de lluvia. Si esta situación se prolonga, el próximo verano habrá sequía en gran parte de España. Además esta falta de agua conlleva un mayor grado de contaminación de la atmósfera, lo que aumenta las probabilidades de contraer afecciones respiratorias, alergias,catarros..etc. En definitiva, aires impuros son los que respiramos. Y se me ocurre que son aires acordes con los tiempos que corren; tiempos difíciles, tiempos de crisis en la economía, en la sociedad, en la justicia y sobre todo en los valores.
En economía hemos jugado a ser el Tío Gilito, con el único objetivo de aumentar nuestras monedas de oro. Sin tener en encuenta a los demás, con sus estrecheces y sus miserias; y no nos dimos cuenta de que al final el número de parados, por ejemplo, no es una cifra, los parados tienen nombre y cara, a veces, la nuestra.
Hemos alimentado el morbo de la gente en lugar de desarrollar el intelecto, el dinero sobre la educación. Y nos hemos asustado mucho al ver cuáles son los programas de mayor audiencia de la televisión, o los regalos que piden los niños por navidad o la idea que tienen algunos jóvenes acerca del trabajo y de sus aspiraciones profesionales.
Así llegamos a la peor de las crisis: la crisis de los valores. Creo que hay que seguir creyendo en los principios que hicieron grandes a paises que supieron sobreponerse a grandes guerras o desastres. Lo hicieron con valores como el esfuerzo y la dignidad.Si pudiéramos preguntarles a nuestros abuelos seguramente nos dirían que muchas cosas que ahora nos parecen indispensables en nuestras vidas, no lo son en absoluto.Parece que estamos en un punto de cambio. Entonces ¿donde nos posicionamos? Si queremos recuperar este mundo, tendremos que recuperar primero al hombre.
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