Hipocresía a la orden del día
Vivimos en un país muy bonito por fuera y extremadamente
detestable por dentro. Y me explico:
En una nación en la cual se le otorgauna gran importancia a
los éxitos deportivos para ocultar lo mucho que este país tiene que ocultar.
Nos encontramos, para mí, en una situación límite, rozando el abismo.
En España, lugar donde los pobres van a la cárcel sin
problema y los ricos con delitos mucho más graves no tienen problema para pagar
su fianza y seguir delinquiendo a sus anchas. Y a esto me refiero con
hipocresía. Un lugar donde no se encarcela a un hombre que ha robado millones
de euros, justificándose cruelmente con ayudas para una ONG, con dinero de nuestros
bolsillos.
El hecho de ser el yerno del Rey de España juega a su favor.
Jamás irá a la cárcel. Tanto políticos como policías de alto rango saben el
problema que les supondría encarcelar a una personalidad de este calibre. Pero
vivimos la actualidad.
Hace poco, en Brasil, sucedió una tragedia. 234 personas
murieron ahogadas y quemadas. 3 días después del incidente ya se han tomado
serias cartas en el asunto, hay ya dos o tres culpables en la cárcel sin dinero
ni título alguno, por la parte que les toca. Mientras, al otro lado del charco,
aquí en la península no hace tanto pudimos observar como un hombre se cobraba a
base de talonario la vida de 5 niñas, sin consecuencia alguna (más allá de las
rutinarias declaraciones). El tal Flores sigue en la calle, viviendo a sus
anchas.
Es mucho más que obvio revelar que encarcelar a este hombre,
supondría un grave problema para algún que otro político corrupto, que dejaría
de ganar dinero y sería investigado.
La hipocresía está a la orden del día; a mi juicio, los
malos van a la cárcel y los malos con dinero y “enchufe” se libran
estrepitosamente. Me da mucha rabia.
Richard Anderson Ortiz